martes, 29 de septiembre de 2015

Para un menú - Manuel Gutiérrez Nájera


Las novias pasadas son copas vacías;
en ellas pusimos un poco de amor;
el néctar tomamos... huyeron los días...
¡Traed otras copas con nuevo licor!
Champán son las rubias de cutis de azalia;
Borgoña los labios de vivo carmín;
los ojos obscuros son vino de Italia,
los verdes y claros son vino del Rhin.

Las bocas de grana son húmedas fresas;
las negras pupilas escancian café;
son ojos azules las llamas traviesas,
que trémulas corren como almas del té.

La copa se apura, la dicha se agota;
de un sorbo tomamos mujer y licor...
Dejemos las copas... ¡Si queda una gota,
que beba el lacayo las heces de amor!

 Manuel Gutiérrez Nájera (México, 1859-1895)

lunes, 28 de septiembre de 2015

La piel - Bertolt Brecht.


La piel, de no rozarla con otra piel
se va agrietando...
Los labios, de no rozarlos con otros labios
se van secando...
Los ojos, de no mirarse con otros ojos
se van cerrando...
El cuerpo, de no sentir otro cuerpo cerca
se va olvidando...
El alma, de no entregarse con toda el alma
se va muriendo.

Bertolt Brecht.



viernes, 25 de septiembre de 2015

Entresuelo - Jaime Sabines


Esa mujer y yo estuvimos pegados con agua.
Su piel sobre mis huesos
y mis ojos dentro de su mirada.
Nos hemos muerto muchas veces
al pie del alba.
Recuerdo que recuerdo su nombre,
sus labios, su transparente falda.
Tiene los pechos dulces, y de un lugar
a otro de su cuerpo hay una gran distancia:
de pezón a pezón cien labios y una hora,
de pupila a pupila un corazón, dos lágrimas.
Yo la quiero hasta el fondo de los abismos,
hasta el último vuelo de la última ala,
cuando la carne toda no sea carne,
ni el alma sea alma.
Es precioso querer. Yo ya lo sé. La quiero.

Jaime Sabines

miércoles, 23 de septiembre de 2015

El pequeño dolor - José Ángel Buesa


Mi dolor es pequeño,
Pero aún así bendigo este dolor,
Que es como no soñar después de un sueño,
O es como abrir un libro y encontrar una flor.

Déjame que bendiga
Mi pequeño dolor,
Que no sabe crecer como la espiga,
Porque la espiga crece sin amor.

Y déjame cuidar como una rosa
Este dolor que nace porque sí,
Este dolor pequeño, que es la única cosa
Que me queda de ti.

José Ángel Buesa

lunes, 21 de septiembre de 2015

¿Qué es bonito?


¿Qué es bonito? 
Tu mirada
y la noche que te conocí.
Bonita es tu sonrisa
que adorna tu presencia.
¿Bonito? Bonita tú,
tus manos, tus labios, tu pelo.
Y sin embargo es bonita
tu alma a través de tus ojos,
y tu voz cuando te escucho.
Bonita la calma que provocas,
y ahora pienso que no eres bonita,
eres preciosa mi dulce princesa.

Irwin Valera

viernes, 18 de septiembre de 2015

Veinte poemas de amor y una canción desesperada, Poema X - Pablo Neruda


Hemos perdido aún este crepúsculo. 
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas 
mientras la noche azul caía sobre el mundo. 
He visto desde mi ventana 
la fiesta del poniente en los cerros lejanos. 
A veces como una moneda 
se encendía un pedazo de sol entre mis manos. 
Yo te recordaba con el alma apretada 
de esa tristeza que tú me conoces. 
Entonces, dónde estabas? 
Entre qué gentes? 
Diciendo qué palabras? 
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe 
cuando me siento triste, y te siento lejana? 
Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo, 
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa. 
Siempre, siempre te alejas en las tardes 
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

Pablo Neruda

jueves, 17 de septiembre de 2015

Ya no me acuerdo


Esta mañana 
Ya no me acordaba 
Cómo tocaban mis dedos 
Esa guitarra que era 
Para mí tu cuerpo 
Ya no me acordaba lo que sentía 
Cuando acariciaba tu pelo 
Ya no me acuerdo 
Si tus ojos eran marrones o negros 
Como la noche o como el día 
Que dejamos de vernos 
Sólo recuerdo que llovía y que quedamos 
En la parada del metro 
Pero haciendo un gran esfuerzo, 
Aún veo tu mirada 
En cada espejo de cada ascensor 
Donde cada noche 
Me sube hasta el cielo 
De moteles invernadero 
Donde se jura algo tan efímero… 

Ya no me acuerdo 
Ni de tu risa 
Ni de tu prisa 
Por darme un beso 
Ni qué botón 
De tu camisa 
Desabrochaba primero. 
Ni qué rumba me bailabas 
Cuando querías robarme el sueño 
Dicen que el tiempo y el olvido 
Son como hermanos gemelos 
Que vas echando de más 
Lo que un día echaste de menos 
Yo qué culpa tengo 
Si ya no me acuerdo 
Pero haciendo un gran esfuerzo, 
Aún veo tu mirada 
En cada espejo de cada ascensor 
Donde cada noche 
Me sube hasta el cielo 
De moteles invernadero 
Donde se jura algo tan efímero 
Y tan eterno, 
Ya no me acuerdo, 
Ya no me acuerdo...

miércoles, 16 de septiembre de 2015

No es nada de tu cuerpo - Jaime Sabines


No es nada de tu cuerpo,
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca ~ tu boca
que es igual que tu sexo~,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo, en que bebo.
No son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada ~¿qué es una mirada?~
triste luz desacertada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia,
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un gramo, ni un momento:

Es solo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.

Jaime Sabines.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Cuando lejos, muy lejos - Julio Flórez


Cuando lejos, muy lejos, en hondos mares,
en lo mucho que sufro pienses a solas,
si exhalas un suspiro por mis pesares,
mándame ese suspiro sobre las olas.

Cuando el sol con sus rayos desde el oriente
rasgue las blondas gasas de las neblinas,
si una oración murmuras por el ausente,
deja que me la traigan las golondrinas.

Cuando pierda la tarde sus tristes galas,
y en cenizas se tornen las nubes rojas,
mándame un beso ardiente sobre las alas
de las brisas que juegan entre las hojas.

Que yo, cuando la noche tienda su manto,
yo, que llevo en el alma sus mudas huellas,
te enviaré, con mis quejas, un dulce canto
en la luz temblorosa de las estrellas.

Julio Flórez

domingo, 13 de septiembre de 2015

La visión - Odette Alonso


Fue ella quien se metió
tan suave
en mi cabeza
que yo no supe cuándo
dejé de ser yo misma.
Fue ella
quien me vertió su néctar
en los ojos
para que en mi ceguera
sólo hubiera una imagen.
Ella fue
despeinada y rebelde
la que torció mis pasos
hacia el camino único
que marcaba su huella.
Su huella
que mientras avanzaba
iba borrando todo
el principio
y el fin.

Odette Alonso

viernes, 11 de septiembre de 2015

Grandes cómplices - Mario Benedetti.


Todos necesitamos alguna vez un cómplice,
alguien que nos ayude a usar el corazón.
Que nos espere ufano en los viejos desvanes,
que desnude el pasado y desarme el dolor .
Prodigioso / sencillo / dueño de su silencio.
Alguien que esté en el barrio donde nacimos o
que por lo menos cargue nuestros remordimientos
hasta que la conciencia nos cuelgue su perdón.
Cómplice del trasmundo nos defiende del mundo,
del sablazo del rayo y las llamas del sol.
Todos necesitamos alguna vez un cómplice,
alguien que nos ayude a usar el corazón.

Mario Benedetti

jueves, 10 de septiembre de 2015

Distancia -Trini Reina


El sol desciende las escaleras de la tarde
y va desabrochando sombras.
En el jardín suspendido
me sobrecoge la distancia.

Contra los sentidos se confabula el paisaje
y la soledad se asienta a la diestra del alma,
fecundada por la umbría.

Penetran dos centímetros
los alfileres de la nostalgia.

©Trini Reina
Octubre 2009

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Escóndeme - Gabriela Mistral


Escóndeme que el mundo no me adivine.
Escóndeme como el tronco su resina, y
que yo te perfume en la sombra, como
la gota de goma, y que te suavice con
ella, y los demás no sepan de dónde
viene tu dulzura...

Soy fea sin ti, como las cosas desarraigadas
de su sitio; como las raíces abandonadas
sobre el suelo.

¿Por qué no soy pequeña como la almendra
en el hueso cerrado?

¡Bébeme! ¡Hazme una gota de tu sangre, y
subiré a tu mejilla, y estaré en ella
como la pinta vivísima en la hoja de la
vid. Vuélveme tu suspiro, y subiré
y bajaré de tu pecho, me enredaré
en tu corazón, saldré al aire para volver
a entrar. Y estaré en este juego
toda la vida.

Gabriela Mistral

martes, 8 de septiembre de 2015

Y sin embargo, amor - Roque Dalton


Y sin embargo, amor, a través de las lágrimas,
yo sabía que al fin iba a quedarme
desnudo en la ribera de la risa.

Aquí,
hoy,
digo:
siempre recordaré tu desnudez en mis manos,
tu olor a disfrutada madera de sándalo
clavada junto al sol de la mañana;
tu risa de muchacha,
o de arroyo,
o de pájaro;
tus manos largas y amantes
como un lirio traidor a sus antiguos colores;
tu voz,
tus ojos,
lo de abarcable en ti que entre mis pasos
pensaba sostener con las palabras.

Pero ya no habrá tiempo de llorar.

Ha terminado
la hora de la ceniza para mi corazón.

Hace frío sin ti,
pero se vive.

Roque Dalton

lunes, 7 de septiembre de 2015

Amo, amas - Rubén Darío


Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo:
Amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.

Y cuando la montaña de la vida
nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
Amar la inmensidad que es de amor encendida
¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!

Rubén Darío

viernes, 4 de septiembre de 2015

El pelador de canela - Michael Ondaatje


Si fuera pelador de canela
cabalgaría en tu lecho y
dejaría el polvo de la corteza amarilla
en tu almohada.


Los pechos y los hombros te olerían
y jamás podrías cruzar los mercados
sin que la profesión de mis dedos
te envolviera. Al tropezar contigo
los ciegos te reconocerían
aunque el agua de los canalones
y del monzón te bañaran


Aquí, en lo alto del muslo,
en este suave prado
hermano de tu pelo
o en el pliegue
que divide tu espalda. El tobillo.
Los forasteros te reconocerán
como la mujer del pelador de canela.


Antes de la boda
apenas podía mirarte
y tocarte jamás:
-¡Ah! La astuta de tu madre, tus toscos hermanos.
Hundí las manos
en azafrán, me las tizné
con humo de alquitrán,
ayudé a los recolectores de miel …


Cierta vez cuando nadábamos
te rocé en el agua
y nuestros cuerpos fueron libres,
pudiste abrazarme y embriagarte con mi olor.
ganaste la orilla y me dijiste:
es así como tocas a otras mujeres
a la mujer del segador, a la hija del calero.
Y buscaste en tus brazos
el perfume perdido
y supiste
lo que significa
ser la hija del calero
abandonada sin marca
amada sin el arrullo de la palabra
herida sin el placer de una cicatriz.


En la árida brisa
acercaste mi mano a tu vientre
y dijiste
soy la mujer del pelador de canela.
Huéleme.

Michael Ondaatje

miércoles, 2 de septiembre de 2015

El antes y el después.


La mirada que precede al amor.
La copa que precede al beso.
El beso que precede a la alcoba.
El fuego que precede a la ternura.
 La ternura que va perdiendo fuelle.
 Las flores que preceden a la espina.
 La desgana que precede a la pregunta.
Los malentendidos que preceden a la ruina.
La herida que precede a la ruptura.
 La ruptura que precede al desengaño.
 El desengaño que precede al dolor.
 El dolor que precede a la madurez.
 La madurez abriéndote otras puertas,
 otros corazones,
 y así siempre,
 todo en la vida
 en un ciclo inagotable,
 amor y desamor
 todo dispuesto -tan solo-
para que tú puedas crecer.

Poema del libro"Todos mis futuros son contigo" de Marwan