jueves, 28 de mayo de 2015

Venturas - Trini Reina


Que la suerte te salga al camino
y te bañe con sus dones.
Que siembre algas bajo tus pasos
o remos en tus aires.
Que portes la risa entre las manos,
la alegría sobre la boca.
Que te galantee la luna
con cíngaras cadencias.
Que lejos de ti huyan las incógnitas
y el sol encanezca en tu frente.
Que, si aura quedó de mí,
se diluya como granizo en el estío.
Que te seduzcan las evas que amas,
los pájaros, el placer, las auroras.
Que la suerte te salga al camino...

En la ciudad de agua y golondrinas
te hallé y, aunque aún es mayo,
el silencio de tus ojos me gritó
que abril existe...
Existe, mas lo habías olvidado.©

Trini Reina

Junio 2009

miércoles, 27 de mayo de 2015

Soneto del amor de oscuro - Luis Alberto de Cuenca



La otra noche, después de la movida,
en la mesa de siempre me encontraste
y, sin mediar palabra, me quitaste
no sé si la cartera o si la vida.

Recuerdo la emoción de tu venida
y, luego, nada más. ¡Dulce contraste,
recordar el amor que me dejaste
y olvidar el tamaño de la herida!

Muerto o vivo, si quieres más dinero,
date una vuelta por la lencería
y salpica tu piel de seda oscura.

Que voy a regalarte el mundo entero
si me asaltas de negro, vida mía,
y me invaden tu noche y tu locura.

Luis Alberto de Cuenca

martes, 26 de mayo de 2015

El despertar.



PALABRAS: PARAGUAS, CALLEJÓN, CALIBRE, GABÁN


Se despertó sobresaltado, incorporándose en la cama con brusquedad. Apenas entraba luz por la ventana del dormitorio que daba a un callejón oscuro y estrecho. En el rincón de la estancia, colgado de un viejo perchero, el gabán parecía haber cobrado vida. Entonces reparó en la niña arrodillada en el suelo que con sus manos lo sacudía violentamente. Se frotó los ojos con fuerza y volvió a mirar, pero todo seguía igual. No estaba soñando. La niña se levantó y cogió un sucio y empolvado paraguas que reposaba en el respaldo de una silla. Con su ayuda terminó descolgando el gabán del perchero. Lo palpó nerviosa y del bolsillo interior sacó un arma de grueso calibre, que se veía enorme en sus pequeñas manos. La niña la sujetó fuertemente, se acercó despacio a la cama y le apuntó directamente al pecho.

El zumbido del despertador le anunció el inicio de un nuevo día.

Mamen Andalucía.

lunes, 25 de mayo de 2015

Aún no te has ido - Vanesa Martín


Aún no te has ido y ya te echo de menos ♪
cuento las horas para vernos de nuevo ♪
guardo tu aroma para olerlo luego ♪
¿qué más quieres de mí? ♪

Aún no te has ido y ahora quiero que vuelvas ♪
sentir como poquito a poco te acercas 
que si me caigo 
tú me sostengas ♪
¿que mas se puede pedir? ♪

Te das la vuelta y yo te clavo mis ojos ♪
me quedo quieta hasta perderte de vista ♪
y lo peor no quiero enamorarme ♪
no puedo resistir ♪

Y te vas ♪
no olvides vida mía que te prometí ♪
llamarte, escribirte, pensarte, soñarte 
pero antes de todo 
ya empiezo a extrañarte ♪

Y te vas contigo y sin ti ♪
no olvides vida mía que te prometí ♪
llamarte, escribirte, pensarte, soñarte 
pero antes de todo 
ya empiezo a extrañarte ♪

Tu eres el viento que empuja mi vela ♪
la tinta que define toda mi letra ♪
la gota de agua que mojan mis labios ♪
que me quita la sed ♪

Y es que sin verte yo ya empiezo a extrañarte ♪
sin despedirte ya empiezo a desarmarme ♪
aunque tardemos en volver a vernos 
dime hasta luego y no adiós ♪

Y te vas ♪
no olvides vida mía que te prometí ♪
llamarte, escribirte, pensarte, soñarte ♪
pero antes de todo 
ya empiezo a extrañarte ♪

Y te vas contigo y sin ti ♪
no olvides vida mía que te prometí ♪
llamarte, escribirte, pensarte, soñarte ♪
pero antes de todo 
ya empiezo a extrañarte ♪

Y te vas contigo y sin ti ♪
no olvides vida mía que te prometí ♪
llamarte, escribirte, pensarte, soñarte ♪
pero antes de todo 
ya empiezo a extrañarte ♪

Aún no te has ido y ya te echo de menos ♪
cuento las horas para vernos de nuevo ♪
guardo tu aroma para olerlo luego ♪
¿qué más quieres de mí? ♪

domingo, 24 de mayo de 2015

Lo que no fuimos - Milo




¿Qué fue lo que no fuimos?
Amante tu, amante yo.
Jorge Charpentier
Ya sé que le escribo poemas
a los intentos fallidos
los amores muertos
los no correspondidos
Hoy
me acuerdo de vos amor
de lo que fuimos
y lo que no
Dejo correr a mis lamentos
y hablo de mi desgracia
en lugares
donde no me escuchan
Y me da
por escribir de nuevo estos versos
que inútilmente seguirán hablando
de vos, de tu paradero y de tu ausencia.

Milo

jueves, 21 de mayo de 2015

Castillos de Arena - Gioconda Belli


Por qué no me dijiste que estabas construyendo 
ese castillo de arena? 

Hubiera sido tan hermoso 
poder entrar por su pequeña puerta, 
recorrer sus salados corredores, 
esperarte en los cuadros de conchas, 
hablándote desde el balcón 
con la boca llena de espuma blanca y transparente 
como mis palabras, 
esas palabras livianas que te digo, 
que no tienen mas que el peso 
del aire entre mis dientes. 

Es tan hermoso contemplar el mar. 

Hubiera sido tan hermoso el mar 
desde nuestro castillo de arena, 
relamiendo el tiempo 
con la ternura 
honda y profunda del agua, 
divagando sobre las historias que nos contaban 
cuando, niños, éramos un solo poro 
abierto a la naturaleza. 

Ahora el agua se ha llevado tu castillo de arena 
en la marea alta. 

Se ha llevado las torres, 
los fosos, 
la puertecita por donde hubiéramos pasado 
en la marea baja, 
cuando la realidad esta lejos 
y hay castillos de arena 
sobre la playa... 

Gioconda Belli

martes, 19 de mayo de 2015

El fantasma.





PALABRAS: ABRIGO, FANTASMA, ISLA, CANCIÓN

El fantasma.

Cántame una canción, le pidió ella cuando él fue a darle un beso de buenas noches. Se empezó a oír una melodía suave y él se acercó a ella y le empezó a cantar bajito: mira las estrellas del cielo, como brillan esta noche, la luna se baña en el mar, y mi corazón te espera en la playa de la isla... Se levantó de la cama sin hacer ruido, cogió el abrigo y se marchó perdiéndose en las sombras de la noche. Ella por la mañana supo que su fantasma, de nuevo la había ayudado a dormir.

Mamen Andalucía.

lunes, 18 de mayo de 2015

Contigo - Luís Cernuda.


¿Mi tierra?
 Mi tierra eres tú.

¿Mi gente? 
 Mi gente eres tú.

 El destierro y la muerte 
 para mi están 
 adonde no estés tú. 

 ¿Y mi vida? 
 Dime, mi vida,
 ¿qué es, si no eres tú?

Luís Cernuda.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Elegía pura - Ángel González


Aquí no pasa nada,
salvo el tiempo:
irrepetible
música que resuena,
ya extinguida,
en un corazón hueco, abandonado,
que alguien toma un momento,
escucha
y tira.

Ángel González

martes, 12 de mayo de 2015

Cae la nieve - Salvatore Adamo


Cae la nieve,esta tarde no vendrás 
cae la nieve y mi amor de luto esta 
es como un cortejo de lágrimas blancas 
y el pájaro canta las penas del alma 

Esta tarde no vendrás grito al desesperar 
mas cae la nieve y no vienes a verme 

Cae la nieve esta noche no vendrás 
Cae la nieve y mi amor de luto esta 

Esta incertidumbre el frío y la ausencia 
odioso silencio inmensa tristeza. 
Esta tarde no vendrás grito al desesperar 
mas cae la nieve y a mi lado no vienes 
mas cae la nieve y a mi lado no vienes 

martes, 5 de mayo de 2015

El seminarista de los ojos negros - Miguel Ramos Carrión


Desde la ventana de un casucho viejo
abierta en verano, cerrada en invierno
por vidrios verdosos y plomos espesos,
una salmantina de rubio cabello
y ojos que parecen pedazos de cielo,
mientas la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.

Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo,
marchan en dos filas pausados y austeros,
sin más nota alegre sobre el traje negro
que la beca roja que ciñe su cuello,
y que por la espalda casi roza el suelo.

Un seminarista, entre todos ellos,
marcha siempre erguido, con aire resuelto.
La negra sotana dibuja su cuerpo
gallardo y airoso, flexible y esbelto.
Él, solo a hurtadillas y con el recelo
de que sus miradas observen los clérigos,
desde que en la calle vislumbra a lo lejos
a la salmantina de rubio cabello
la mira muy fijo, con mirar intenso.
Y siempre que pasa le deja el recuerdo
de aquella mirada de sus ojos negros.
Monótono y tardo va pasando el tiempo
y muere el estío y el otoño luego,
y vienen las tardes plomizas de invierno.

Desde la ventana del casucho viejo
siempre sola y triste; rezando y cosiendo
una salmantina de rubio cabello
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.

Pero no ve a todos: ve solo a uno de ellos,
su seminarista de los ojos negros;
cada vez que pasa gallardo y esbelto,
observa la niña que pide aquel cuerpo
marciales arreos.

Cuando en ella fija sus ojos abiertos
con vivas y audaces miradas de fuego,
parece decirla: —¡Te quiero!, ¡te quiero!,
¡Yo no he de ser cura, yo no puedo serlo!
¡Si yo no soy tuyo, me muero, me muero!
A la niña entonces se le oprime el pecho,
la labor suspende y olvida los rezos,
y ya vive sólo en su pensamiento
el seminarista de los ojos negros.

En una lluviosa mañana de inverno
la niña que alegre saltaba del lecho,
oyó tristes cánticos y fúnebres rezos;
por la angosta calle pasaba un entierro.

Un seminarista sin duda era el muerto;
pues, cuatro, llevaban en hombros el féretro,
con la beca roja por cima cubierto,
y sobre la beca, el bonete negro.
Con sus voces roncas cantaban los clérigos
los seminaristas iban en silencio
siempre en dos filas hacia el cementerio
como por las tardes al ir de paseo.

La niña angustiada miraba el cortejo
los conoce a todos a fuerza de verlos...
tan sólo, tan sólo faltaba entre ellos...
el seminarista de los ojos negros.

Corriendo los años, pasó mucho tiempo...
y allá en la ventana del casucho viejo,
una pobre anciana de blancos cabellos,
con la tez rugosa y encorvado el cuerpo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.

La labor suspende, los mira, y al verlos
sus ojos azules ya tristes y muertos
vierten silenciosas lágrimas de hielo.

Sola, vieja y triste, aún guarda el recuerdo
del seminarista de los ojos negros...

Miguel Ramos Carrión

lunes, 4 de mayo de 2015

Otro cielo - Mario Benedetti

Robert Gonsalves 

No existe esponja para lavar el cielo
pero aunque pudieras enjabonarlo
y luego echarle baldes y baldes de mar
y colgarlo al sol para que se seque
siempre faltaría el pájaro en silencio

no existen métodos para tocar el cielo
pero aunque te estiraras como una palma
y lograras rozarlo en tus delirios
y supieras al fin como es al tacto
siempre te faltaría la nube de algodón

no existe un puente para cruzar el cielo
pero aunque consiguieras llegar a la otra orilla
a fuerza de memoria y pronósticos
y comprobarás que no es tan difícil
siempre te faltaría el pino del crepúsculo

eso es por que se trata de un cielo que no es tuyo
aunque sea impetuoso y desgarrado
en cambio cuando llegue al que te pertenece
no lo querrás lavar ni tocar ni cruzar
pero estarán el pájaro y la nube y el pino.

Mario Benedetti